A partir de 2024, los camiones de ocasión que estén matriculados en la Unión Europea deberán llevar un tacógrafo inteligente de segunda generación y un alcoholímetro antiarranque, conocido también como “alcolock”.
La obligatoriedad de estos dispositivos se marca en la estrategia de la Unión Europea para mejorar la seguridad vial en las carreteras. Se estima que estos dispositivos podrían evitar hasta 2.000 accidentes y más de 1.000 muertes al año. En el caso de los camiones de ocasión matriculados antes de 2024, los propietarios tendrán un plazo de dos años para instalar los dispositivos obligatorios.
Los principales objetivos de la obligatoriedad de ambos dispositivos son:
El tacógrafo inteligente es un dispositivo que registra los datos de conducción del vehículo, como la velocidad, las horas de conducción y descanso, y las paradas. Estos datos se pueden utilizar para garantizar que los conductores de los vehículos cumplan con las normas de seguridad vial, es decir, se puede utilizar para:
El alcoholímetro antiarranque es un dispositivo que impide que el vehículo arranque si el conductor tiene una tasa de alcohol en sangre superior a la permitida. Este dispositivo tiene como objetivo reducir el mayor número de accidentes provocados por conductores ebrios. Este dispositivo funciona midiendo la concentración de alcohol en el aliento de dicho conducto, si la concentración es superior a la permitida, el dispositivo impide que el camión arranque.
En la Unión Europea, la tasa de alcohol en sangre permitida para los conductores profesionales es de 0,00 g/l. Esto significa que los conductores de camiones no pueden conducir si han consumido alcohol, aunque la cantidad sea mínima.
Además de ambos dispositivos, la nueva Ley de Tráfico también prevé un aumento de los controles a dichos conductores. Estos podrán ser iniciales, periódicos o controles aleatorios, y se realizarán para detectar la presencia de alcohol, drogas, sustancias psicoactivas y medicamentos que puedan ser una amenaza en la conducción.